lunes, 23 de febrero de 2015

Entrada semanal.

Hoy iba andando por la calle y dos ancianos han hecho que sonría hablando de ella. Es tan necesaria y tan importante que no logramos entender la necesidad de estudiarla. No creo que en los institutos deba ser una asignatura obligatoria pues es necesario entenderla y sentirla casi tanto como estudiarla. Estoy hablando de la historia. Es una parte del "nosotros", de la vida real, del ser humano y de la inteligencia, o la falta de ésta. Me encanta escuchar a la gente que se informa, que estudia sin obligación y que se forma. Sin historia la vida sería un error. Es necesario conocer el pasado para saber lo que sucederá en el futuro, como dijo Hitler "Quizás la más grande y mejor lección de la historia es que nadie aprendió las lecciones de la historia”. Quizá sea algo inculcado o que por herencia te apasione, o simplemente que nazca conforme vas avanzando en tu vida. A mí, en este caso, me apasiona la historia de los pueblos bárbaros tanto como la historia de España en los años 60, la historia de los pueblos árabes tanto como la de la Alemania de Hitler o el reinado de "Pepe Botella" en España.
En mi casa se reciclan libros, como buena costumbre, y en cuanto tenga tiempo y ganas para no dejar de leer en semanas, no dudaré en leerme el interminable libro de la Historia de España. Hablando de ella, aprovecho para recomendar a los aficionados de la lectura libros como La voz dormida de Dulce Chacón (muy conocido) y El zapato de la lengua rota de María Zabay.

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